Los lugares donde no se ha amado ni se ha sufrido, no dejan en nosotros ningún recuerdo

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domingo, 16 de enero de 2011

Yo soy yo y mi circustancia

La puerta se abrió. Mis pupilas se encontraron con la luz de tu sonrisa y no supieron escapar a tiempo.

Quizá me gustaba sentirme atrapada en esa pequeña parcela del cada vez menos vivo planeta Tierra.
Quizá solo fuera porque sabías perfectamente engañarme con el queso más apetitoso,como si fuera una vulgar rata de la calle, hasta llevarme a la trampa que habías preparado cuando nuestras vidas se cruzaron entre olas y espuma del mar Mediterráneo.
Quizá me tendría que haber dado cuenta antes de que en esa trampa para ratones el queso eras tú.


Pero es que en ese momento pensé que ya pagaría las consecuencias de mis posibles errores. Qué habría tiempo para todo y qué prefería aferrarme al presente como el calor del Sol a mi piel en pleno agosto.
"¿ Y ahora ?" me preguntaba Pepito Grillo todas las noches en las que no dejaba de llover sobre mi cabeza aunque estuviera metida en la cama y fuera verano.
Pues ahora tendré que romper la hucha famosa del cerdito para sacar todos mis ahorros de felicidad y utilizarlos hasta que la borrasca se aleje.

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