Silencio absoluto desde las alturas. La Luna ha salido de su escondite y ha repartido por todo el fimamento pequeños destellos. Purpurina nevada.
Solo desde el silencio puedo apreciar la verdadera belleza que ahí sobre mis ojos.
Las estrellas adulaban a la Luna. Una a una me deslumbraban y luego recogían su luz en el promedio de su cuerpo celeste.
Ya no veía ningún edificio alrededor. Sólo estábamos el cielo, el silencio y yo.
Coloreé con la punta de los dedos la cúpula. Me contaba historias inacabadas, sin un final de cuento. Relatos que guardé en mi cabecita atolondrada.
Y me encanta el silencio. Palpar bajo mi piel desnuda cada mólecula de vida. Descansar alejada de la intranquilidad.
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