Los lugares donde no se ha amado ni se ha sufrido, no dejan en nosotros ningún recuerdo

Los lugares donde no se ha amado ni se ha sufrido, no dejan en nosotros ningún recuerdo

lunes, 16 de agosto de 2010

Echa la vista atrás

Coge la película de tu vida y rebobínala.
Dale al "stop" cuando encuentres la imagen de tu cara desconsolada y llena de pletóricas lágrimas.

¿ Recuerdas esos momentos en los que parecía que se te iba a caer el mundo encima?
¿ Esas situaciones que te hicieron tantísimo daño y que pararon tu pulso en seco?
Todos hemos sufrido de la misma manera.
Hemos llorado apretando la cara contra el cojín y las piernas recogidas.
"¡ La vida es una mierda, una auténtica mierda!" : grité yo en muchas ocasiones. Me quedaba sin aire y creía que la vida se me iba en ello.
Ahora detente un segundo.
¿ Valió la pena tantísima angustia? ¿ No se te pasó en unas semanas y luego ya ni te acordabas?
Esto explica porque casi siempre los sentimientos pisan a la razón. Asfixian el intento de frenar tal tortura.
Es como si los dos luchasen en tu cabeza. Sin embargo, el corazón suele ser el vencedor de todos los partidos de la Liga, de la Champions y del campeonato Mundial.
Si justo en ese preciso instante en el que tu pareja te dice que ya no te quiere, o suspendes un final, o una amiga te miente, o tienes una discusión con tus padres etc pensaras lo siguiente, todo sería más llevadero:
" Vale. Es un palo duro de roer. Lo sé. Pero hay que ser fuerte. No coger el camino de las tinieblas e intentar remar hacia el camino soleado."
Luego mirarte frente al espejo. Y sonreírte a ti mismo/a. Aunque sea forzado.

No vas a conseguir que lo malo se escape de tu existencia. Seguirás llorando con intensidad.
Pero después de desahogarte hasta que no tengas fuerza, no llores más.
Ya está. Lo peor ya ha pasado.
Coge la cinta que dije al principio y ten siempre en mente que todo se pasa. Que no hay que sufrir por amor al arte.
Solo se sufre para que los momentos más dulces sean sobresalientes. Pero no más de la cuenta, que luego esa pena se refugia en tu ser y se agarra para no salir de ti.
Utiliza la sabia razón y deja que, por lo menos, quede empate en algún partido con los sentimientos. Un equilibrio. Que el marcador quede en 1-1

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